Como cada año, tras el obligado parón veraniego, el Rallye Sierra de Cádiz volvía a reunir por las difíciles carreteras de la Sierra de Grazalema a nada más y nada menos que 70 coches para saciar el apetito de gasolina de los muchísimos aficionados al automovilismo andaluz.
Muchas novedades en el equipo Melchor cara a esta prueba. Todas ellas de orden técnico: La primera y más importante, el estreno de las tan ansiadas nuevas suspensiones, también se estrenaba autoblocante (hasta ahora es como si no lo hubiese llevado), manguetas, latiguillos de frenos, transmisiones, bujes (a ver si de esta manera solucionábamos los problemas de frenos que nos hicieron llevarnos el susto de nuestra vida en el Rally Costa de Almería). En definitiva, un importante esfuerzo económico realizado, como no, gracias a nuestros patrocinadores, Melchor e Hijos materiales de construcción, Dibagio, Refor+ y Spies Hecker. Para esta prueba por fin pudimos inscribirnos en Grupo N tras quitar los separadores de las ruedas ya que con las suspensiones nuevas estos ya no eran necesarios.
Aunque el coche se terminó con bastante antelación a la disputa de la prueba Gaditana, nos fue imposible probar todas estas mejoras lo suficiente, por ello, el equipo Melchor se inscribió el fin de semana anterior en la Cronometrad de la Feria de Mijas para intentar sacar alguna conclusión sobre el comportamiento del coche. Decidimos salir a la cronometrada con ruedas de competición a sabiendas que seríamos excluidos. El resultado fue sin duda muy bueno, el Seat León de Melchor fue el más rápido sobre el asfalto en la suma de las tres cronos.
Durante toda la semana previa al Rally hablamos Carlos y yo mucho con Diego Galea y Juan Campos (víbora Sport) acerca de las reacciones del coche, y la conclusión era muy clara, el coche es otro, no tiene nada que ver con el de rallyes anteriores y por tanto la forma de conducirlo cambia radicalmente.
El Rallye gaditano, ampliamente conocido por los habituales del campeonato presentaba dos novedades importantes, los tramos de la Rivera y el Bosque cambiaban su sentido, mientras que los Alamillos y Zahara eran los mismos que los de las últimas ediciones. El Sierra de Cádiz se caracteriza por la inestabilidad climatológica que tiene la lluviosa sierra de Grazalema por lo que durante toda la semana estuvimos muy pendiente a las diversas predicciones meteorológicas, estas daban a dos días de la disputa de la prueba un 50% de posibilidades por lo que habría que preparar gomas de agua por si las moscas.
La mañana del sábado se presentó muy soleada y completamente despejada; ¡¡al menos en esta edición no va haber quebraderos de cabezas con los neumáticos, más de uno pensaría!! Yo al menos siendo sincero prefería que no lloviera, teníamos muchas ganas de ver como había evolucionado el León, y para ello necesitábamos un asfalto seco. Porque lo realmente cierto en todo esto es que tanto Carlos como yo nos encontrábamos muy ilusionados y con muchas ganas de volver a correr y sobre todo de ver reflejado en los tiempos todas las mejoras realizadas durante el verano.
A las 9 y 30 salimos de Prado del Rey camino del tramo A-1, la Rivera, que aunque ahora se hacía para arriba no ha perdido ni una pizca de dificultad. Carlos decide conservar un poco en el rapidísimo primer kilómetro viendo un poco el comportamiento del coche, tras cruzar el puente comienza la subida con unas difíciles entrelazadas muy estrechas y bacheadas, poco a poco Carlos empieza a coger confianza, y empieza a apretar, yo no paro de cantar notas hasta el extremo que casi no da tiempo a tomar aire (tramo de copiloto donde los haya). Llegamos al final pico cronómetro y sale un tiempo de 5.49, este tiempo nos coloca 13 de la general muy cerquita del 8º (algo mas de 6 seg.) Salimos muy contentos ya que sabemos que ese tiempo es mejorable.
Nos dirigimos a la fuerte bajada del 2º tramo, Benamahoma. Con los dos primeros kilómetros que son de una velocidad de infarto, cometemos un fallo y en una falta de ritmo en las notas nos hacen levantar durante al menos dos segundos en una “derecha 5 larga a fondo” pensando carlos que era una “ojo derecha 3 se cierra” nos dirigimos a la zona un poco mas lenta y el coche se comporta de una forma excelente, el buen asfalto del tramo hace que las suspensiones y el autoblocante sean mucho mas eficaces. En ningún momento siento la sensación de que se esté al límite del coche pero sin embargo los apoyos son muy fuertes y Carlos a medida que pasan los Kilómetros se siente más a gusto y va apretando. Finalmente realizamos un crono de 4.35 que nos coloca el 12 del tramo. Tras este primer bucle la sensaciones son magníficas, estamos 3 de grupo N y muy cerquita del 2º el BMW M3 de Moscoso y empatados con Oscar Gil, Pedro Cordero está ya lejos (a algo mas de 20”) pero sobre todo con la sensación de que en las 2ª pasada será el momento de atacar y bajar los tiempos.
Nos dirigimos para la 2ª pasada por La Rivera, nos dan la salida y en la primera derecha del puente el coche nos pega un fuerte latigazo de atrás, está claro que Carlos va dispuesto a bajar los 5.49 de la primera pasada, el primer kilómetro lo hace mucho más rápido, llegamos a la frenada del puente muy fuerte, la salida del mismo esta muy sucia y nos llevamos un pequeño susto ya que se va un poco de morro pero el blocante hace su trabajo y nos saca del apuro. Nos dirigimos a la rápida y bacheada subida a un ritmo fortísimo, vemos el clio de Curro Agüi en la cuneta con un buen golpe, Carlos a medida que pasan los kilómetros se siente mas a gusto y a mi casi me falta el aire para ir cantando notas, llegamos a la horquilla que hay a tres kilómetros de la llegada, pico un tiempo intermedio y zas…..7 segundos menos que en la primera pasada !!!, no le digo nada a Carlos para no descentrarlo, aunque el sabe que va mucho más rápido, se aproxima la parte final del tramo y vamos como un “sputnik”, ahora si da la sensación de ir muy muy rápido, pero al llegar a las horquillas del final, de pronto el coche se queda seco, no acelera, Carlos de pronto me dice: “Se ha roto el Turbo”, miro por el retrovisor y sólo se ve una densa humareda blanca; nos hemos quedado a menos de un kilómetro de la llegada, con una decepción enorme y pensando que “fue bonito mientras duró”. Carlos me dice, que cree que al menos íbamos 5 segundo por debajo, y cuando le dije que a 3 kms del final íbamos 7 por debajo, creo que todavía se sintió peor.
Una vez realizadas las llamadas pertinentes a Diego y Juani para comunicarles lo ocurrido nos dedicamos a ver lo que queda de pasada con el resto de participantes. Finalmente el tramo se neutraliza ya que el participante nº 25 ha derramado aceite en una curva y no pueden limpiarlo.
Bueno voy a ir terminando, menos mal que sólo hicimos tres tramos, porque si llegamos a hacer el rallye entero necesitaba 6 o 7 jigas de memoria para escribir la crónica, pero es que las sensaciones dentro de un coche de carreras son indescriptibles e intentar plasmarlas en un papel resulta muy difícil ya que hay que entrar en muchos detalles. En este rallye como siempre contamos con la gran ayuda de Diego Galea, Juan Campos y Francis (Katali-glassman), también nos ayudo y mucho Pepe “el pikolo” y su mujer Mati. También estuvieron en Grazalema Dani “de Melchor” su esposa Vanesa y su hija Tania dándonos todo su apoyo, y como no, por fín pudimos ver de nuevo por las carreras a la mujer de Carlos; Ana, que quiso que estuviese por primera vez Arancha con su papi en el Rallye. Mención especial también para Antonio, el encargado del Camping de Grazalema, se portó de cine todo el fin de semana con nosotros.
Esperemos que la suerte cambie para el sierra Morena, allí intentará estar de nuevo el Equipo Melchor e Hijos Rallye Team.
Un fuerte abrazo para
tod@s.
Gracias a Carlos Ortega por las fotos.
